Marta Cecilia Carrasco Hidalgo-Barquero
Facultativo especialista en pediatría y áreas específicas. Nefrología Pediátrica. Servicio de Pediatría. Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz.
El daño renal agudo (DRA) en pediatría es un problema de salud importante.Su incidencia ha aumentado en los últimos 30 años y ha llegado a ser una complicación común en pacientes hospitalizados (5 % en niños no críticos y 27 % en críticos). Las últimas dos décadas han sido testigos de un aumento exponencial de estudios que evalúan la posible asociación entre DRA en pacientes hospitalizados y sus consecuencias a corto plazo, pero sus secuelas a largo plazo no son tan bien conocidas.
Tanto el DRA como la enfermedad renal crónica (ERC) son síndromes complejos causados por múltiples etiologías. Los estudios en adultos proporcionan pruebas sólidas de que el DRA es un factor de riesgo independiente tanto para el inicio como para la progresión de la ERC, y la gravedad, frecuencia y duración del DRA son factores cruciales en el desarrollo posterior de la ERC. Sin embargo, sin definiciones consensuadas de DRA y ERC, ni estudios de seguimiento a largo plazo que utilicen biomarcadores predictivos, es difícil aclarar el potencial de transición de DRA a ERC en poblaciones pediátricas.
Los niños con historial deDRA tienen un mayor riesgo de complicaciones renales a largo plazo, pero muchos de ellos no realizan seguimiento para estas complicaciones. El reconocimiento de los resultados a largo plazo y la creación de programas de seguimiento pueden tener un impacto positivo duradero en la salud renal de estos pacientes.Revisaremos lo estudios más recientes que asocian DRA y ERC en poblaciones pediátricas y propondremos un enfoque estandarizado para su seguimiento.
Palabras clave: Daño renal agudo (DRA), enfermedad renal aguda (ERA),enfermedad renal crónica (ERC), seguimiento, secuelas renales a largo plazo.
Acute kidney injury (AKI) is a major health problem in paediatrics. Its incidence has increased over the past 30 years, and it has become a common complication in hospitalized patients (5% non-critical children and 27% critical children). The last two decades have witnessed an exponential increase in studies evaluating the possible association between AKI and its short-term consequences, but its long-term sequelae are not as well known.
Both AKI and chronic kidney disease (CKD) are complex syndromes caused by multiple aetiologies. Studies in adults provide strong evidence that AKI is an independent risk factor for both the onset and progression of CKD, and the severity, frequency and duration of AKI are crucial factors in the later development of CKD. However, without agreed definitions of AKI and CKD and long-term follow-up studies using predictive biomarkers, it is difficult to clarify the potential for transition from AKI to CKD in paediatric populations.
Children who have had AKI experience an increased risk of long-term kidney complications, but many of them do not receive follow up for these complications. Recognizing long-term outcomes and creating follow-up programmes can have a lasting positive impact on a patient’s kidney health. We review the most recent studies associating AKI and CKD in paediatric populations and propose a standardised approach for the follow-up of patients with ARD.
Keywords: Acute kidney injury (AKI), acute kidney disease (AKD), chronic kidney disease (CKD), follow-up, long-term renal sequelae.